El amor es como don Quijote: cuando recupera la razón está a punto de morir
(Jacinto Benavente)
Pero ¿qué es
el poliamor? Lo primero que hay que aclarar es que es mucho más que tener
relaciones, chingar o ligar con varias personas. Es y está más allá de la
poligamia, ya sea poliginia o poliandria, que son, respectivamente, casarse o
tener relaciones sexuales estables de un hombre con varias mujeres o de una
mujer con varios hombres.
Si tiramos de la
Wikipedia vemos que:
“Poliamor es
un neologismo que significa tener más de una relación íntima, amorosa, sexual y
duradera de manera simultánea con varias personas, con el pleno consentimiento
y conocimiento de todos los amores involucrados”.
Es decir que
la primera diferencia con las poligamias tradicionales (de nuestras sociedades
occidentales) es que las diversas relaciones son conocidas y consentidas por
todas las personas participantes. Lo cual no significa ni tríos ni relaciones
triangulares. El que sean conocidas las relaciones tampoco significa una
convivencia múltiple, aunque no la excluye. Y también pueden ser conocidas o
consentidas en diversos grados, puede ocurrir como asumir una realidad dada.
Conocer o consentir no significa conocerlo todo.
Hay por
tanto muchas interpretaciones o escuelas/corrientes diferentes. La
Wikipedia aporta mucha información al respecto (consulta de 2015):
“La palabra
se usa a veces en un sentido más amplio para referirse a relaciones sexuales o
románticas que no son sexualmente exclusivas, aunque existen desacuerdos acerca
de qué tan ampliamente se aplica el término; la característica definitiva más
ampliamente aceptada es su énfasis en la ética, honestidad y transparencia con
todos los involucrados. Siendo el término poliamor usado de forma general para
describir varias formas de relaciones múltiples ya que las prácticas
poliamorosas son diversas, reflejando las elecciones y filosofías de los
individuos involucrados. El término "poliamoroso/a" se puede referir
a la naturaleza de una relación en algún punto en el tiempo o a una filosofía u
orientación relacional que marca una identidad”.
De manera
resumida también se puede definir: “El poliamor consiste en amar a varias
personas a la vez de manera consensuada, consciente y ética”
(poliamormadrid.org).
En el más
que recomendable libro de Yves-Alexandre Thalmann (2008): Las virtudes
del poliamor. La magia de los amores múltiples, se toma como punto de
partida lo evidente: todas las personas somos poliamorosas por definición y en
origen. Otra cosa es cómo pensemos que es mejor organizar el
amor para la sociedad, para la economía, para el sistema... Si la organización
básica de la sociedad debe ser la familia monoparental o no. No entro a
discutir eso ahora. Lo que muchos pensadores nos indican, ya desde los griegos
clásicos y desde la psicología (desde Freud al menos), es que unas relaciones
no reprimidas animan siempre a tener relaciones íntimas múltiples. Es decir,
desde la adolescencia a la vejez, la persona quiere tener relaciones íntimas
con otras, no solo con una. Pueden ser más o menos intensas y pueden ser deseos
más profundos o no. Puede ser solo en algunos momentos o de forma habitual.
Pero siempre ocurre.
Si nos
despojamos de las creencias religiosas monogámicas y dejamos a un lado los
pensamientos no basados en análisis científicos, vemos que lo habitual en una
vida es querer tener relaciones con diferentes personas. Esto no significa que,
cuando estamos enamorados de una persona, pensemos que es maravilloso y que con
una sola persona podremos realizarnos totalmente, que nos basta (e incluso
muchas veces nos sobra) el tener relaciones con una sola única persona y
tener con ella la “relación total”... Y de ahí pasamos con facilidad al “y para
siempre” que tanto daño ha hecho al amor y a las relaciones pacíficas y
consentidas.
El amor
romántico monogámico eterno es una idealización. Idealización ilusa que, cuando
se vive, parece maravillosa, como cualquier espejismo. Pero ¿puede algún
espejismo durar toda la vida? Pues sí, reconozcámoslo, para algunas personas
sí. Ya que hay personas que viven en las nubes, como no va a haberlas que viven
en el amor eterno, en el amor continuo. Aunque el amor eterno solo dure un
instante. Pero si, como don Quijote, recobras en algún momento la razón, la
caída será más dura cuanto más alto hayas subido en las fantasías e
irrealidades.
Para mí el
poliamor incluye un conjunto muy amplio de relaciones que van más allá y más
acá de lo habitual y convencional. Las relaciones de amistad, que tenemos con
nuestros mejores amigos, con los que tenemos una relación de amistad profunda,
le llamamos a veces “amigos íntimos”, para expresar, malamente, cuando con otra
persona nos acostamos. Y a lo mejor resulta que nos acostamos con otra persona
y no somos ni siquiera amigos. Deberíamos de reservar esa palabra tan importante
de “amigo íntimo” para las personas con las que somos capaces de superar la
amistad verbal y de acompañamiento habitual para profundizar y pasar a todo un
mundo de relaciones emocionales, que incluirán en algún momento caricias,
besos, contactos,... pero en que todo esto será un complemento a lo anterior, a
la amistad estrecha, a la persona que “le podemos contar cualquier cosa”,
porque sabemos que nos va a entender o, si no, va a intentar entenderlo todo,
va a intentar comprender y compenetrarse con nosotros.
Los besos,
los mimos, las caricias... ¿también son monógamas? ¿Por qué
autolimitarnos, mutilar y minusvalorar nuestros sentimientos? Tenemos,
podemos ser (más) libres. Porqué trocear las relaciones de amistad, separando
artificiosamente unos tipos de otros. Porqué reservar en exclusiva para nuestra
pareja oficial lo que es toda o la mayor parte de nuestra vida sentimental.
Del blog de D. Tomás Alberich http://pensamientostalberich2.
Manolo Quero