EL MIEDO: "Nuestro miedo" el 4 de noviembre de 2020, en Mairena del Aljarafe.
Si un rasgo singular tiene “nuestro miedo” (en la Comunidad de Mairena
del Aljarafe; sinécdoque o metonimia: la parte por el todo) es la aparición de
la conciencia de VULNERABILIDAD DEL INDIVIDUO.
Adormecida y apagada en esta generación por los avances tecnológicos y de
investigación en los campos de la salud: conocimientos, prevención y
tratamientos; conquistas en la protección y defensa ante los cataclismos y
amenazas naturales; ausencia de guerras y de conflictos bélicos que nos atañan
directamente...
Vivimos en una sociedad de progresión en el confort y en la esperanza de
vida, que nos lleva a la sociedad occidental a una sensación de omnipotencia y
de confianza de salir indemne ante todo daño venidero.
Una amenaza letal y que subvierte
la cotidianidad y que permanece en el tiempo (“el virus ha llegado para
quedarse”) genera un desasosiego incisivo y permanente que requerirá tiempo
y armas comportamentales, sociales y estructurales para que la comunidad se
adapte a una convivencia normalizada.
Una amenaza inasible e invisible que acrecienta la angustia por la no
concreción del “enemigo”. Solo materializada en las consecuencias de sus
efectos: la enfermedad, el deterioro o la muerte. Invisibilidad que potencia la
discriminación existente de su efecto letal entre los individuos: adultos/ancianos
y los adolescentes/jóvenes. Ante lo inmaterial del enemigo el individuo joven
tiende a negar su efecto por el narcisismo omnipotente, convirtiéndose en
portador y correa de propagación de los contagios.
La causa:
Causas del miedo por tanto no son otras que la
reacción defensiva del individuo ante una amenaza real y/o permanente, de sufrir daño potencial, propio o
de tus allegados. La racionalidad, la memoria, la inteligencia…
las convicciones, la cultura, el pensamiento mágico (fe, creencias, religión)… las
conductas instintivas, las peculiaridades fisiológicas de respuesta, los comportamientos
aprendidos, las experiencias biográficas… son
factores que interactúan para adoptar comportamientos de prevención, de
huida, o defensa, tanto en humanos en como en animales, salvando las distancias
por la capacidad de análisis racional (a veces sorprendente en estos últimos
por la adaptación a situaciones novedosas) .
Medidas para afrontar el miedo:
-Los adultos. Constituyen una legión de cumplimentadores de normas. Además
integran la población más vulnerable por las características de la enfermedad.
-Los jóvenes. Al ser un enemigo invisible no introyectan la angustia. Tiene
que suceder acontecimientos traumáticos en su entorno para que tomen
conciencia. Para lo bueno y para lo malo, la juventud es omnipotente y sin
miedo. Por eso los ejércitos se conforman con jóvenes para la lucha. Este es el
motivo de su conducta en esta pandemia.
-Las estrategias claras y definidas, aunque sean erróneas o ineficaces,
pero únicas, contribuyen a la tranquilidad y al sosiego de la Comunidad.
-La información permanente en “tiempo real”. No utilizar técnicas
paternalistas de comunicación, o con fines espurios de ganancias varias.
Permite utilizar los recursos personales de control y de fortaleza del propio Yo ante el nivel de amenaza de un enemigo "real". La confusión, la
distorsión de la información, la mentira, extiende más el ámbito de la
sensación de la angustia hacia lo desconocido, creando un enemigo imaginario más
amenazante y peligroso . La reacción que se consigue es la opuesta a la que se
pretende alcanzar: controlar el miedo y no favorecer conductas de rebeldía y de
agresividad de masas.
-Combatir las atribuciones inquisitoriales de colectivos o individuos.
Interviniendo con autoridad el responsable de la gobernanza, con prestigio y
ascendencia (autoritas) en el imaginario colectivo. Conductas que han
tenido lugar en ciudades, pueblos, y en
bloques de pisos… esta vez no se ha arremetido contra los judíos pero sí
contra los inmigrantes.
-Neutralizando las energías de descarga irracional y encauzándolas en
actividades de colaboración y de responsabilización en el entorno inmediato de
su medio social y laboral.
-La concertación del juego de los partidos políticos en un objetivo único y
prioritario para dejar fuera las propuestas políticas de los extremismos que
canalizan la angustia colectiva.
-Corresponsabilización de toda la Comunidad en las normas dictadas.
-Concienciación del individuo como Ser
en la transitoriedad de la vida, la evidencia de nuestra fragilidad y lo inexorable
de la muerte sin paraísos.
La religiones, las ideologías, los fanatismos, en nada contribuyen a la
postura defensiva de la colectividad ante una pandemia. Solo consiguen un
alivio individualizado y transitorio perjudicial y opuesto al objetivo científico
con los conocimientos actuales para la erradicación del agente agresor.
Todas las normas, consejos y conductas serán las avalados y recomendadas
por la máxima aquiescencia de los expertos.
10 de Octubre de 2020
Zoilo Fernández
Psiquiatra y Psicoanalista