Se suceden en nuestro Ateneo exposiciones de dibujos, pinturas o fotografías realizadas por sus socios; escuchamos cotidianamente, aquí también, diversas composiciones musicales compuestas o interpretadas por socios o gentes del entorno. Pero no leemos casi nada escrito por nosotros. Ni poesía, ni relato, ni ensayo, ni opinión o comentario… ¿Por qué?
A las escasas opiniones vertidas en este blog, casi todas en el ámbito de la copafilo no recuerdo nunca (o casi nunca otra vez) que hayan sido replicadas o comentadas. ¿Por qué ese pudor en el ámbito literario o de las ideas, en expresarnos por escrito?
Os recuerdo nuestro manifiesto fundacional:
“Queremos construir un lugar que sea:
Espacio de intercambio y de contraste
…
Claustro de reflexión
Laboratorio de ideas
Taller de creación
Imprenta de las letras
Plaza de expresión
Un lugar para todos y de nadie.”
¿Lo estamos cumpliendo? Es sabio callarnos y no enturbiar el deseable silencio si no tenemos nada nuevo, bello o inteligente que decir pero también debemos expresarnos pues estamos vivos y solo así se construye cultura.
Este blog me parece un instrumento útil y fácil para dar salida a nuestras creaciones literarias o ensayos, por modestos que sean, y si hay uno mejor busquémosle. La CopaFilo o el Club de los libros pueden ser idóneos para promover esta actividad pero a todos nos concierne y todos tenemos acceso directo al blog para poder hacerlo sin intermediarios.
Estas palabrillas tenía yo escritas hace tiempo; la pereza me hizo demorar su publicación pero al llegar hace unos días al Ateneo me encuentro con la sorpresa de la aparición de la Gazeta. ¡Albricias, no somos ágrafos! ¡Enhorabuena a los que la han hecho posible! Iba ya a tirar a la papelera ese comentario cuando pensé que una y otra actividad no son incompatibles. Incluso una se puede nutrir parcialmente de la otra. Mi propuesta es menos institucional, más directa e inmediata: no ocultes lo que tienes escrito o en la cabeza, súbelo a nuestro blog; comenta lo que otros hayan escrito,…
El curso acaba y ya es tarea para el próximo; ahí dejo la invitación.
¿Alguien me habrá leído?
P.D.: el Ateneo no puede ser ágrafo, que no es humano, solo sus socios
Antonio Domínguez Camacho