La Declaración de Derechos Humanos, la
Carta de Derechos Fundamentales de la UE y la Constitución Española
definen un marco jurídico sobre el derecho a una educación que
respete los valores democráticos, el mantenimiento de la paz entre
las naciones, etc.
Desde diciembre de 1948 en que se
publicó hasta hoy han transcurrido 63 años (casi tres generaciones)
sin que las cosas hayan cambiado mucho en cuanto a extensión y
aplicación de los valores democráticos se refiere.
Al margen de ésto hay que comenzar por
el para qué de la educación:
Además de para «el pleno desarrollo
de la personalidad humana», la educación es algo que desde que la
humanidad existe se ha dado al objeto de preservar y reproducir
las propias sociedades que los humanos hemos ido formando a
lo largo de la historia.
En ese sentido, la educación sobre
valores sociales, filosóficos, morales y religiosos (educación en
adelante por contraposición a instrucción técnica), nunca ha sido
«neutral». Tampoco lo es en el presente en el momento en que se
inculca a nuestros jóvenes el respeto a la Ley entendida como el
Cuerpo Legal actual, que mantiene un establishment
contrario a las aspiraciones y necesidades populares.
Frente a esta educación concebida como
vehículo de transmisión de los valores dominantes cabe imaginar
otra en que a los niños y jóvenes se les enseñe distintos modelos
de sociedad, además de los históricos en nuestro país y entorno,
los de otras a culturas actuales, como ejemplos Islandia o Kerbala
(La India). También distintas actitudes en la Economía social:
consumismo, cooperativismo,...
Educación e Instrucción.
Aunque se puedan entender como
conceptos distintos no dejan de estar estrechamente unidos, en
cualquier sistema educativo. Tanto la educación en valores como la
instrucción en áreas técnicas son procesos paralelos en el
transcurso de un adolescente-joven por el sistema educativo. Un
sistema educativo trata, a fin de cuentas, de preparar a cada
individuo para que ocupe un puesto en la sociedad, y para ello es
preciso que tanto el sistema de valores que adquiera como su destreza
técnica vayan parejos a las necesidades de ese puesto.
Una mayor permanencia en el sistema
educativo (con aprovechamiento) no sólo dotará a un alumno de más
conocimiento y destreza técnicas, pues éstos le darán una nueva
visión del mundo que modificará su escala de valores. En tanto el
nivel de conocimiento científico-técnico sea mayor también será
mayor la conciencia crítica de cada persona y por tanto más
refinada será su escala de valores.
La «bondad» de una educación está
correlacionada con la «cantidad» de instrucción que cada individuo
asimile.
La Educación y la Igualdad.
Un gran principio democrático es el de
la Igualdad de todas las personas.
Aunque en otros ámbitos sea discutible
el significado de esta palabra en Educación es de consenso que
consiste en proporcionar los medios para que cada cual desarrolle al
máximo sus posibilidades como persona.
Pero no se puede dar una educación
realmente igualitaria en una sociedad que no lo es. Sin abundar en
los factores que lo impiden, basta considerar la colaboración de los
padres en la formación de sus hijos, que será distinta según clase
social, nivel cultural e intereses de los propios padres.
La educación igualitaria se convierte
por tanto en una meta, no en una realidad imponible por decreto en
las sociedades occidentales.
Para avanzar hacia una sociedad más
justa, en la que desaparezca el actual abismo entre clases sociales,
cambiar la educación y aumentar el nivel de formación general de
las nuevas generaciones es fundamental, si bien este cambio por sí
solo no va a llevar al resultado.
La oligarquía financiera y sus
cómplices políticos, interesados en mantener el actual «rerum
status» en lo esencial, no van a cambiar nada sustancial de la
educación presente. Harán, como se está viendo, por disminuir la
calidad de la educación pública, al objeto de aumentar el negocio
de la educación privada-concertada.
En este sentido los actuales poderes no
son los cualificados para determinar qué es una «buena educación».
Por el contrario debe ser el pueblo en su conjunto, a través de sus
asociaciones de todo tipo, quien defina un nuevo modelo educativo.
Una meta a corto plazo.
A corto plazo (entendiendo por ésto
una o dos décadas), estimo que se plantean dos alternativas posibles
a las naciones: que la oligarquía financiera se mantenga a costa de
la depauperación generalizada de la Humanidad, o bien que cambie el
modelo de sociedad a otro de cooperativismo sin jerarquías
económicas.
En este último sentido la
consideración social que tiene la Educación tendría que cambiar lo
más pronto posible, entendiendo que la riqueza de una nación está
en relación directa al nivel educativo y de formación general que
tengan sus integrantes. Así lo demuestra Finlandia, número uno en
los resultados de las evaluaciones internacionales de niveles
educativos, con recursos naturales ajustados, pero el 11º país del
mundo en renta per cápita (150% de la española).
¿Por qué Finlandia es una
superpotencia educativa? Son dos los principales factores:
1. Gasto en educación, un 6.2% del PIB, frente al 4.6%
en España. Siendo muy importante no es el factor decisivo, ya que
hay países como Cuba, Dinamarca o Noruega donde la inversión es
superior y no obtienen tan buenos resultados.
2. Consideración social, remuneración y formación del
profesorado. En Finlandia los profesores están entre los
profesionales mejor pagados, 3400€ mensuales de media frente a
1800€ en España. Esto hace que la profesión de profesor sea de
las más solicitadas.
Los mejores alumnos del Bachiller piden realizar los
estudios universitarios de profesor. Esta carrera viene siendo de
cinco años en Finlandia (tres en España). El alto grado de
formación y posterior dedicación a su trabajo hace que los
profesores finlandeses gocen de un reconocimiento y autoridad
indiscutible en su país.
En la inmensa mayoría del resto de países, por
contra, son licenciados en diversas áreas del conocimiento los que
(al no encontrar trabajo en su profesión) se dedican a la enseñanza
en último recurso, por lo común con escasa preparación pedagógica.
Final.
Creo haber contestado a las preguntas
sugeridas para el debate, salvo a si existe un derecho a fijar el
contenido de la educación. En mi opinión la pregunta no tiene
objeto, en tanto que la fijación de los contenidos educativos no es
un derecho sino algo que cada sociedad produce a su modo. Hace
algunas décadas la Educación en España era algo por lo común de
familia y hoy en día se ha delegado mucho en el Estado. Al margen de
ello hay que tener en cuenta la influencia «educativa» de los
medios de comunicación (no sólo en los jóvenes).
No veo importante discutir si existe o
no un derecho a fijar los contenidos educativos. Estos contenidos se
fijan. Lo que importa es quién los fija y quién creemos debería
fijarlos. Estimo que he contestado suficientemente a esta pregunta.
1 comentario:
Siento no poder asistir a la reunión, por motivos de organización familiar.
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