sábado, 22 de septiembre de 2012

EL PODER EN COPA-FILO

COPA-FILO EN TORNO AL PODER Al estar fuera de Sevilla ese día de la tertulia, se me acabó el PODER de estar, de oiros, de expresarme, de reafirmarme en algunos aspectos de mi aportación o modificarlos… Es que en esto –como en tantas otras cosas- hay que ESTAR… Se puede estar escribiendo (si te leen) pero como no disponemos de medios PODEROSOS para que te escuchen o lean, pues se te acabó la posibilidad de influir o de ser influido, aunque desde el principio todos hagamos proclamación de que en absoluto queremos mandar, gobernar, dominar. *Necesitamos hacernos notar como seres útiles, benefactores, bien preparados a la vez que sencillos, serviciales, disponibles, ser tenidos en cuenta, ser aceptados como interviniente interesante o competente o profundo o cualquier otro adjetivo que signifique “no ser ninguneado”. Ejercer una AUTORIDAD MORAL, para lo cual todos creemos estar dotados del “buen sentido” (la bona mens de Descartes, que según él es lo mejor repartido del mundo por lo contentos que estamos todos con el nuestro), tener algo que aportar, ser alguien… y ese consenso es lo que hace posible desde una TERTULIA, hasta el encuentro, la amistad, el grupo, la vida familiar, vecinal, política, social en general. *Se relaciona con ese tercer nivel de las “necesidades básicas” colocadas en pirámide por el amigo Maslow, la necesidad de tener una identidad y ser valorado, tras las necesidades de subsistencia y de seguridad… El rango o status al que aludía Traver en la cita servida por Gerardo. Está en la raíz de muchos comportamientos y valoraciones, claro. *Todas nuestras relaciones se constituyen en torno al ejercicio del, no digamos poder personal, sino más bien el PODERÍO emergente a la vez que respetuoso, que se ejerce precisamente “sin querer imponer” sino simplemente, seduciendo, simpatizando, sirviendo, acogiendo, agradando. *¿Alguien se merece “ser tenido en cuenta”? ¿No estamos en un civilización donde la imposición de ideas, de gustos, de comportamientos, se hace por todos los medios, y a base de “reducir las defensas, el sentido crítico, la resistencia interior, la libertad soberana de cada uno”? Hay demasiados “gatos por liebre”. ¿Qué es la publicitad, sino querer convencernos de que si no hacemos o compramos esto o aquello somos un “donnadie”? ¿Cuál es el malestar profundo de las víctimas de LA CRISIS, aparte de las pérdidas de bienestar a que nos someten a la fuerza, desde LOS PODERES: el talante de ser IMPOTENTES ante tanta IMPOSICIÓN? *Nacemos sometidos, sin ninguna libertad, y nuestro caminar es un éxito si “nos vamos liberando” de esas influencias poderosas, infantilizantes, opresivas, bajo capa de beneficiarnos, salvarnos, protegernos… *El amor, la amistad, el entendimiento mutuo, etc., cuando son auténticos y sinceros, empiezan por renunciar a la DOMINACIÓN, sin que renunciemos a influir, a ser tenidos en cuenta, aceptados, valorados, llamados, seguidos… Los que dicen haber renunciado a esto o se autoengañan o mienten o tienen una anomalía psíquica. *Lo de la pena, suscitarla para mostrarse como víctima y desde ahí imponer. Algo similar como lo de culpa en Nietzsche, suscitada como deuda, y desde ahí reclamar el pago que no es más que la sumisión… Bueno, el jugar con los sentimientos, previamente “educados” o “metidos” en la conciencia para en su momento utilizarlos como puerta de entrada a las dominaciones es un tema muy interesante… y muy corriente. Gerardo hace una referencia la “matriarcado peyorativo” (¿sevillano?) que habría que aclarar… Una cosa es la pena, con la que nos parece pagar nuestras irresponsabilidades, y otra la solidaridad con el que sufre de verdad, la auténtica com-pasión. En esto como en tantas cosas, so capa de libertad, ir “cada uno a lo suyo” crea unos ámbitos de frialdad y desinterés de los que se aprovechan los que abusan de su poder contra los débiles. Mucho tema.

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