lunes, 17 de septiembre de 2012

EL PODER



INTRODUCCIÓN A LA COPA FILÓ DE OCTUBRE.

Poder lo podemos definir como la capacidad de elegir o influir en los resultados. Esta definición tan general nos viene bien, porque a partir de ella derivaremos a aspectos tan íntimos como el amor y la familia. Obviando asuntos tan comunes e importantes como el poder económico, el poder militar, el político y el poder religioso, nos centraremos en el enfoque que le da Michel Foucault al poder en el libro "Vigilar y castigar" (Surveiller et punir, 1975) que de una manera introductoria, os resumo como: "No desde sus formas terminales (instituciones consolidadas), sino desde sus formas capilares, sus raíces fundantes".
De ahí que en su libro "La microfisica del poder" (1980) se puede ver con cierta claridad que: "el análisis de este fenómeno sólo se ha efectuado a partir de dos relaciones: 1) Contrato - opresión, de tipo jurídico, con fundamento en la legitimidad o ilegitimidad del poder, y 2) Dominación - represión, presentada en términos de lucha - sumisión. El problema del poder no se puede reducir al de la soberanía, ya que entre hombre y mujer, alumno y maestro y al interior de una familia existen relaciones de autoridad que no son proyección directa del poder soberano, sino más bien condicionantes que posibilitan el funcionamiento de ese poder, son el sustrato sobre el cual se afianza. "El hombre no es el representante del Estado para la mujer. Para que el Estado funcione como funciona es necesario que haya del hombre a la mujer o del adulto al niño relaciones de dominación bien específicas que tienen su configuración propia y su relativa autonomía".
Ya no voy a insistir en este aspecto, pero si alguien desea profundizar debe comprender la noción que viene a continuación y luego leer algunas de las obras de M. Foucault: Historia de la Clínica, la historia de la sexualidad, etc. El párrafo es:”…Este poder no soberano, extraño a la forma de la soberanía, es el poder disciplinario. Es decir, el poder no se concibe de manera análoga a la propiedad, ni siquiera como una potencia, sino como una relación que se puede y se debe estudiar sólo a través de los términos entre los que opera. Esta mirada implica toda una nueva descripción del concepto de poder. La disciplina, a diferencia de la soberanía, no gira en torno a la regla jurídica, sino a la regla natural, a la norma, y por lo tanto, su código no es el de la ley sino el de la normalización, y se caracteriza por ser creadora de aparatos de saber y conocimientos. Su horizonte teórico no es el del edificio del derecho, sino el de las ciencias humanas, y su jurisprudencia es la de un saber clínico…”.
El poder se construye y funciona a partir de otros poderes, de los efectos de éstos, independientes del proceso económico. Las relaciones de poder se encuentran estrechamente ligadas a las familiares, sexuales, productivas; íntimamente enlazadas y desempeñando un papel de condicionante y condicionado. En el análisis del fenómeno del poder no se debe partir del centro y descender, sino más bien realizar un análisis ascendente, a partir de los "mecanismos infinitesimales", que poseen su propia historia, técnica y táctica, y observar cómo estos procedimientos han sido colonizados, utilizados, transformados, doblegados por formas de dominación global y mecanismos más generales.
A partir de aquí estamos en disposición para analizar un apartado específico del micropoder, en concreto el poder en el entorno familiar. Para ello introduzco el documento de Francisco Traver: Enfermedad mental y poder con una frase inquietante:”… los psicólogos evolutivos llevan muchos años intentando relacionar la patología humana actual con una serie de conductas sociales destinadas a obtener rango o estatus, que es la manera en que los psicólogos evolucionistas, los etólogos y los primatólogos nombran a lo que nosotros llamamos poder…”, y entonces citando a un tal Price añade: “…los individuos tiene dos formas de salirse con la suya, una mediante la seducción y otra por la fuerza (…)la seducción no es sólo una forma de conseguir amor -que es la forma arcangélica como se la imaginan algunos- sino una forma de competir y de obtener “pagos” adicionales, prebendas o exenciones. Aquel que seduce intenta conseguir aquellos dones que están en otro lado, usualmente en lo alto de la escala del rango y lo hace para asegurarse un estatus parecido al que lo ostenta por méritos propios…”.

Hasta aquí hay más que material para una tertulia, pero aún voy a añadir una última y definitiva entrada para intentar llegar al nivel más micro. Dice más adelante el mismo artículo:”… ¿Y qué hace el histérico cuando ya no pueden seducir, es decir cuando ha perdido atractivo? Entonces se especializan en estas otras estrategias: la queja y la reivindicación…” Me interesa especialmente la queja, porque suponer que la queja puede obtener una respuesta del otro, es decir una queja influyente, que da poder, requiere del otro un sentimiento: la pena. La pena en negrita, la que se canta en las coplas, la que se pasea por las calles de nuestra ciudad en Semana Santa, etc.

¿Como se garantiza que el sujeto a dominar responda a la queja? Educándole en la pena. La pena es un sentimiento, y por tanto materia educable. “…Si mi hija siente pena yo podre expresar una queja (victimismo) con garantía de respuesta (dominio)”.

 Y en el ámbito de antropología cultural sevillana. Pregunto: ¿No existe acaso en Sevilla una educación sentimental femenina, en el interior más íntimo de la familia, hacia el sentimiento de pena? ¿Por qué se ha definido la sociedad familiar sevillana como un matriarcado peyorativo? ¿No será el binomio victimismo-pena una estructura de poder familiar en Sevilla? ¿Se educa a las niñas para que adopten el rol de cuidadora, mediante el sutil chador de la pena?
Caben más posibilidades en el análisis, como el aspecto del de la anticipación y el perfeccionismo como forma de control del otro y por tanto de dominio, en el carácter-estrategia obsesiva, que también podreis leer en el documento seminal de Traver, pero será imposible abordar tantos aspectos y prefiero dejarlo aquí.

2 comentarios:

Gerardo Grau dijo...

F. Traver tiene un interesante blog en: http://pacotraver.wordpress.com/

Enfermedad mental y poder no está disponible en la red pero se lo mando por email al moderador para su distribución entre los miembros de la tertulia.
Tambien adjuntaré algunos textos de M. Foucault para los mas lectores. Considero imprescindible el pequeño documento: "el sujeto y el poder". El resto son: "Microfisica del poder" que es más grande y escrito de manera poco amena,por tanto requiere tiempo y esfuerzo. "Vigilar y castigar" es una obra más alejada del tema tertuliano, pero seminal desde el punto de vista de la generación de las ideas presentadas.

Gerardo Grau dijo...

Añado tambien el libro "Historia de la sexualidad I. La voluntad de saber" donde puede ser interesante leer el capitulo llamado 3.Dominio a partir de lapagina 62. Disponible online en http://www.uruguaypiensa.org.uy/imgnoticias/681.pdf