martes, 23 de octubre de 2012

La soledad, desde mi punto de vista


Con respecto a nuestra próxima tertulia, considero que la soledad puede ser voluntaria o impuesta, esta última, por los medios, la familia o el sistema. En cualquier caso es evidente que cada persona la asumirá según su propio criterio. Como ejemplo, veamos cómo algunos autores nos la presentan:

                           Schopenhauer: El mundo como voluntad y representación
La mayoría de los hombres, debido a que carecen totalmente de objetividad, es decir, de genialidad, cuando están en soledad, aun el más bello entorno tiene para ellos un aspecto yermo, tenebroso, extraño y hostil.    

                               Nietzsche: Así habló Zarathustra
En la soledad crece lo que uno ha llevado a ella, también el animal interior. Por ello
resulta desaconsejable para muchos la soledad.
                           Antonio Machado: Soledades
                ……
En todas partes he visto
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra.
Y pedantones al paño
que miran, callan, y piensan
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.
Mala gente que camina
y va apestando la tierra...
                  ……
Y en todas partes he visto
gentes que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.
Nunca, si llegan a un sitio,
preguntan adónde llegan.
Cuando caminan, cabalgan
a lomos de mula vieja.
Son buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan,
  ……
Bien, personalmente considero la soledad como un bien de la persona. Cuando estamos solos podemos relajarnos y hablar con nosotros mismos, sin prisas, y con honestidad; porque si hay algo que no podemos hacer es engañarnos a nosotros mismos. Si somos honrados, la soledad es el encuentro con nuestra patria interior, pero, por el contrario, si somos unos histriones, pérfidos o engreídos, posiblemente debamos tener en cuenta la consideración de Nietzsche. La soledad nos permite reflexionar, ordenar nuestros pensamientos, considerar la información de los acontecimientos sociales como ponzoñosos, manipuladores o integradores y solidarios. La soledad nos permite sosiego, equilibrio, paz interior, entendimiento…
Hay muchas disciplinas para la relajación y el encuentro con uno mismo. Todas tienen un punto en común: la relajación mediante la respiración. Cada cual puede utilizar la técnica que le sea más familiar, pero de lo que no hay duda es de la necesidad de respirar hondo y pausado. Es el inicio del camino para nuestro propio encuentro y con él, la soledad. No una soledad de anacoreta, sino a una soledad espiritual y temporal, sociable y humanitaria.
Bueno, así es como entiendo la soledad, como una necesidad para no perdernos y poder saborear la vida.
Manolo Quero

1 comentario:

Paloma dijo...

Manolo, me parece que hablas solo de la soledad buscada, deseada...no de aquella obligada por múltiples circunstancias, no deseada, que es la dolorosa y difícil de llevar. Tanto si es materialmente cierta por carecer de relaciones familiares o amistades que te permitan compartir tu vida; como si es sentida a pesar de estar rodeado de gente. Es la soledad que se siente en el alma y que te puede angustiar.