martes, 11 de marzo de 2014

Fiesta de Carnaval 2014


Una gran novedad en nuestra fiesta de carnaval de este año. El comienzo fue una sorprendente representación de teatro-esperpento con el tema de una boda entre familias de la mafia siciliana.


El Capo Don Estéfano Cuadratto entrega en matrimonio a su nieta Francesca Cuadratta Pittorini, que toma en matrimonio al Conde Enrico Fori di Cavitazzione.

La ceremonia fue oficiada por Su Eminencia Requeterreverentísima Tarsicio Vendettatone Irreverenti, asistido por dos obispos llegados expresamente de la Santa Sede.
Acompañan a la novia su Padrino y Padre, su Abuelo Don Estéfano, su Abuela, amigas y primas.
El novio por su parte entró en la sala del brazo de su madre Condesa di Cavitazzione. Varios amigos y familiares estuvieron presentes en el enlace.

También hubo un coro, una cantante solista de prodigiosa voz y un grupo de baile.
La celebración estuvo dirigida en todo momento por un Maestro de Ceremonias que, junto a su ayudante, marcó en todo momento el ritmo del acto.
Acudió la prensa, tanto gráfica como un sagaz y rápido reportero que en todo momento acercaba el micrófono para dejar constancia intemporal de todas las manifestaciones de los participantes.

Antes de proceder al enlace matrimonial el Irreverenti Cardinali dio las gracias a las familias presentes por los generosos donativos de la Camorra Siciliana a su hermana la Logia Vaticana y como muestra de ese agradecimiento proclamo Santo al Conde. Éste respondió, con su poderosa voz y dirigiéndose al público:
«Yo Conde Fori quiero declarar a todos los aquí presentes que el título de Santo me viene más que merecido, por mis numerosas virtudes, sobre todo mi humildad, y que dentro de poco debo ser nombrado mártir si tengo que aguantar a ésta, engendro de la naturaleza»
Tras las protestas de Francesca el Irreverenti continúa la ceremonia leyendo fragmentos del libro «Cásate y sé Sumisa», recordando a la novia su obligación de ser esclava, devota y fiel del Señor Conde. Francesca no para de decir improperios, mostrándose rebelde e insultando al Cardinali.
Cuando Monsignori dice a los presentes si alguien tiene algún impedimento para que la boda se celebre, aparece la amante del Conde, Carmina de Castri, con un niño en brazos, reclamando la paternidad del Conde y pidiendo desgarrada que la boda no continúe.
Don Estéfano manda a sus guardaespaldas que la echen, lo que hacen con dificultad y a empujones. El Conde dice estar desconsolado al ver a su dulce Carmina en esa situación y le declara a voces que se casa por «la pasta, mas no los macarroni, sino los eurinis». Don Estéfano le dirige miradas amenazantes.
Zanjada la interrupción el Cardinali prosigue la ceremonia preguntando a los novios si desean casarse a lo que ellos responden «que bueno, si no hay más remedio... ya que hemos llegado hasta aquí...con lo caro que tiene que ser todo esto...»
El Cardinali los nombra marido y «esta cosa» y los invitados gritan «que se besen, que se besen», momento en que «la novia» se pone unos labios postizos y el novio se resiste a besarla pese a las amenazas de los guardaespaldas del Capo. Al final el novio acerca su cara con asco y tapándose la boca con la mano.
Pasan después a hacerse la foto de familia y de allí al salón del convite (cafetería) donde las damas de la novia les ofrecen champán y una cantante entona el «Santa Lucía».
De ahí a la mesa principal del convite, donde el Sr. Estéfano se dirige a todos para congratularse del enlace, felicitar a su nieta y decir lo «carísimo» que le resulta Enrico. Añade que en la familia no se admite la traición y que ésta se paga muy cara.
Tras lo cual se procede al reparto de «la tarta» (magnífica composición de cortadillos de Inés Rosales) y de ahí se marcha de nuevo al salón de baile.
Llegados allí la novia comienza a bailar con su padrino que tras unos compases cede al novio la mano de la novia y los recién casados siguen bailando.
Inesperadamente aparece en escena Mattiero de Possilipo, amante de la novia, quien se dirige airado hacia ella y le increpa:
«Cómo pudiste hacerme esto a mí, yo que te hubiese querido hasta el fin, sé que te arrepentirás, Por un mafioso de la construcción, destroza la costa y destroza mi amor, no te cases mi amore!»
A lo que Enrico responde:
«Pues que Santa Lucía te conserve el oído, porque lo que es la vista y el gusto lo tienes perdido. Por mí te la puedes llevar toda, pero tengo un compromiso con el señor Estéfano y me va a acribillar si no lo cumplo, pero si encuentras un arreglo...»
Responde Mattiero:
«Una de dos, o me llevo a esta mujer, o entre los tres nos organizamos, si puede ser» (música de Aute).
Y Enrico:
«¡Pues me has dado la idea!». «Carmina, mi dulce Carmina, ven aquí a mi lado»
Y a pleno pulmón canta (música de Aute):
«Pues formemos un cuarteto, mucho mejor».

Y en ese punto final hizo su entrada el grupo de danza regional bailando la Tarantella. Tras lo cual quedó inaugurado oficialmente el ¡Baile de máscaras 2014!

Pasadas varias semanas
Carmina de Castro encontró en Mattiero de Possilipo el perfecto padre para su hijo. Ambos desaparecieron y se rumorea que viven en una pequeña isla entre Sicilia y Cerdeña. El niño ya toma biberones y escupe al igual que su padre natural, aunque Mattiero desconoce ese detalle. A Carmina le hace mucha gracia, ¡ay mi nene lo lejíisimo que escupe, que campeón!
Francesca, desconsolada por las desdichadas componendas de su mafioso abuelo, decidió abandonar a "la familia" e irse a Grecia a probar fortuna. Allí se ligó a un vejete armador de barcos medio ciego que la trata como a una reina. De cuando en cuando se escapa por los barrios bajos de Atenas "a picotoear" ¡la muy díscola!
Enrico, cansado de su vida de mujeriego, de aguantar a "su mama" de hacer de gigoló para mantener la fortuna familiar y evitar que a "su mama" la desahuciasen del palacio, marchó al Tibet e ingresó en la Orden del Dalai Lama. Desde entonces es muy popular entre las monjas budistas, especialmente a la hora de las meditaciones en pareja.
Il Cardinali fue excomulgado a su vuelta a Roma, acusado de aceptar toda clase de sobornos y dispensar favores espirituales inmerecidos. Escapó por los pellos de los Carabinieri y se trasladó a New York con la mayor parte del capital que había ido reuniendo "para la Santa Madre Iglesia". Allí cambió los hábitos por un flamante traje de ejecutivo de Wall Street, actividad que compagina con la de ayatolah de una pequeña secta musulmana en la que tiene un harén de seis devotas y sumisas fieles.
¡Viva el carnaval en el Ateneo!

Mi personal agradecimiento a todos quienes participaron con tanto entusiasmo y ganas de "cachondeo" en esta representación, en particular a mi querida "Francesca", mia amata "Carmina" y como no al genial "Mattiero". También a Concha que estuvo maravillosa cantando  y al Cardinali y Don Estéfano que hicieron discursos muy ingeniosos.
Daros todos por felicitados.

2 comentarios:

Paloma dijo...

La verdad es que salió estupendamente y creo que todos echamos un buen rato y nos debemos de felicitar. Aunque para mí lo mejor del Baile de máscaras es la vivencia de un evento que se disfruta desde que se inicia con las primeras ideas, la creatividad que se nos despierta para imaginar los disfraces, las compras, la confección, los ensayos, las ideas de unos y otros...porque aunque hay gente que se lo curra más, es una obra de todos. Disfruto tanto con los preparativos como con el baile en sí, al ser una actividad de conjunto, de todo un colectivo con ganas de divertirse, de compartir un rato de alegría entre amigos haciendo algo en común. Todos estaban estupendos, como esa novia tan cándida con sus margaritas que nos dejó a todos boquiabiertos... ¡Viva el Carnaval del Ateneo!

Esperanza dijo...

Me gusto mucho el carnaval