lunes, 31 de marzo de 2014

PENSAR, ¿PARA QUÉ?

Nuestro título ya apunta a LA CRISIS DEL PENSAMIENTO TRANSFORMADOR…

Dos llamadas serias, de dos viejos maestros:

*Manuel Kant; “Atrévete a pensar”. En el corazón de la Ilustración, base de la Modernidad, de la que estamos huyendo, sin haber entrado. 
El “¡Atrévete a pensar!” es la divisa de la Ilustración, trasmitida por Manuel Kant en su opúsculo “Respuesta a la pregunta ¿Qué es la Ilustración?”, y añade ese gran pensador: “La mayoría de los seres humanos, a pesar de que la naturaleza los ha librado desde tiempo atrás de conducción ajena, permanecen con gusto bajo su yugo a lo largo de la vida, debido a la pereza y a la cobardía (...) ¡Es tan cómodo ser menor de edad!”

*Carlos Marx: “Las tesis de Feuerbach”. La gran revolución del siglo XX, todavía pendiente.
Sobre todo la tesis 11: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. Nebreda, nuestro filósofo amigo, ha dedicado todo un libro “Adiós a la filosofía” (Granada 2011) al comentario ajustado a esta frase de Marx que ha devenido en tópico, olvidándonos de su tremendo significado profundo. Ya no se puede seguir haciendo filosofía como “hasta ahora” se hacía (p.139) (…) Un materialismo coherente, la praxis, tendrá, no obstante, momentos de crítica, de comprensión racional, de aniquilación teórica (y práctica), sin el que no podrá haber cambio del mundo alguno. Con toda certeza “es en la práctica donde el hombre debe demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poder, la terrenalidad de su pensamiento. Para ello DEBE PENSAR.

“Si tenemos el coco comido, todo lo que produzca será alienación”

Hoy se nos quiere convencer de que es inútil plantearse un esfuerzo de reflexión, de análisis, de crítica fundamentada a todo lo que forma nuestro entorno, de que no resolvemos nada pensando. A los esclavos se les maneja mejor con lo de “Panem et Circenses”: preocúpate por el Panem, pero que conste que lo vas a tener “si te portas bien” pero “te lo tenemos que dar, no depende de un esfuerzo tuyo”. Lo de Circenses, evasión permanente, está asegurado. Todo ello no es sino una perversión, en la que estamos inmersos… por esta cultura para esclavos:

El saber humano, esa aspiración suprema que define al hombre, se orienta en varias direcciones, según ya sugería también el viejo Aristóteles ("Tópicos", VI, etc.):

a) conocer la realidad (lo que Aristóteles llama "contemplar"): captar y elaborar las informaciones; saber en cuanto teoría; conocimiento puro de lo que es el mundo y el hombre.

b) construir la propia personalidad ("obrar"), dirigir la conducta personal, organizar la vida según un proyecto más o menos elegido. Es la dimensión moral del saber.

c) producir objetos útiles o bellos ("hacer"), transformar el propio medio dotándose de instrumentos; utilizar la naturaleza para el propio servicio; es la dimensión técnica del saber.

Texto de Adorno:
"Si la filosofía es necesaria todavía, lo es entonces más que nunca como crítica, como resistencia contra la heteronomía que se extiende, como si fuese impotente intento del pensamiento permanecer dueño de sí mismo y convencer de error a la trama mitológica... Propio de ella sería, mientras no se la declare prohibida como en la Atenas cristianizada de la antigüedad tardía, crear asilo para la libertad" 
(Th.Adorno, "Filosofía y superstición", p.15-16; Ed. Alianza, Madrid 1969

Y Fernando Savater:
“Cuando el número de preguntas y su radicalidad
arrollan patentemente la fragilidad recelosa de las respuestas disponibles,
quizá sea la hora de acudir a la filosofía.
No tanto por afán dogmático de poner pronto remedio al desconcierto
sino para utilizar éste a favor del pensamiento:
hacernos intelectualmente dignos de nuestras perplejidades
es la única vía para empezar a superarlas”

(Fernando Savater: “El valor de educar”, Ed. Anagrama, p.14)
30 de marzo de 2014, 20:55

Enrique Robles

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