jueves, 19 de mayo de 2011

Sobre la próxima Copa-Filo: ¿Tiene sentido indignarse?

OPINIÓN:
Últimamente se están encendiendo avisadores sobre la indignación social y a su vez, estamos considerando la globalización como una de las principales causas de la crisis que nos aqueja. Posiblemente sea así, pero no debemos olvidar nuestro pasado reciente para no perdernos en la selva de la historia y de la información.
Si recordamos, al término de la Segunda Guerra Mundial, EEUU a pesar de su poderío económico, no pudo imponer lo que era su ideal: un modelo económico y social que condujera a una Europa unida. Ni británicos -que seguían creyéndose todavía una potencia mundial- ni franceses - que soñaban con una Francia fuerte- estaban por la labor. Lo más que se consiguió fue la colaboración en la reconstrucción de Europa a través del Plan Marshall, y todo ello como parte de una alianza contra la Rusia soviética.
Europa se levantó, vivió su periodo de apogeo hasta la crisis del 73 pero nunca estuvo unida.
Es probable que el problema no sea ni la globalización ni Europa, y sea el individuo mismo. Algunos filósofos nos han definido como "seres con una fiera en nuestro interior". De ser cierto, ahora es esta situación, mañana la superpoblación y en un futuro, no muy lejano, la falta de recursos.
Si en condiciones de igualdad, muchos de nosotros preferimos una sociedad cuyos ciudadanos están dispuestos a prestar ayuda desinteresada a sus semejantes, aunque sea simbólicamente, a otra que no lo está, hemos de seguir buscando cauces para conseguir una armonía que permita una convivencia pacífica y duradera.
Manolo Quero

1 comentario:

Paloma dijo...

¡Claro que tiene sentido indignarse! Yo creo que estamos asistiendo a unas movilizaciones que se han ido fraguando lentamente y que al fin se han materializado en el 15-M.
Protestábamos por la juventud acomodada, pasota y acomodaticia, y ahora no sólo los jóvenes sino la ciudadanía harta de engaños y que se siente estafada clama en la calle de manera pacífica por una Democracia real.
No sé a dónde coducirá este movimiento, pero pienso que hay que apoyarlo, incluso seguirlo y participar en él. Confío que de aquí saldrá una renovación del sistema que está enfermo. ¡A la calle que ya es hora de pasearnos a cuerpo y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo..."