Profundizando un poco más en los vínculos que ha insertado
Ramón y también en los comentarios de Enrique, quiero aportar mi pensamiento
respecto al tema:
Ya en época de los griegos, los
filósofos se enfrentaron a la vida con la comedia y la tragedia, siendo éstas una
forma de armonizar el estado de ánimo de los ciudadanos. Sin embargo, con el
paso del tiempo se ha podido comprobar que la alegría es una emoción que nos
ayuda enormemente en el desarrollo del humor.
Diferentes autores, a lo largo de
los siglos, nos han descrito el humor de tantas y tan variadas formas que sería
larga la lista. Por nuestra parte, intentaremos centrarnos en algunas variables:
Si
comenzamos con Platón, éste nos
describe el humor como una forma de reírnos de los demás por sus desgracias o
el ridículo que pueden hacer. Al hacerlo, nos sentimos superiores a ellos.
Ej. Cuando en El
banquete, Sócrates en su discurso pretende alabar a Eros sin tener
experiencia en el amor nos dice: La
lengua lo prometió, pero no el corazón. Pero, con todo, estoy
dispuesto, si quieren, a decir la verdad a mí manera, sin competir con los
discursos de ustedes, para no exponerme a ser objeto de risa.
También
Aristóteles trata el humor en la misma línea. Ej. Cuando en Ética
a Nicómaco se refiere a éste con…veremos claramente cuán digno de risa es el
varón magnánimo si no es hombre dotado de virtud.
Pongamos algunos ejemplos con
chistes:
Papá,
¿qué se siente tener un hijo tan guapo?
No sé hijo, pregúntale a tu abuelo...
No sé hijo, pregúntale a tu abuelo...
Mamá,
mamá; papá quiere tirarse de la azotea.
Dile a tu padre que lo que le he puesto son dos cuernos, no dos alas.
Dile a tu padre que lo que le he puesto son dos cuernos, no dos alas.
Más modernamente, Schopenhauer, en su libro El mundo como voluntad y
representación, nos describe el humor como el resultado de aquella
incongruencia del conocimiento intuitivo y el abstracto, en virtud de la cual
éste no se asemeja a aquél más que el mosaico a la pintura, constituye la base
de un fenómeno muy curioso: la risa
Algunos ejemplos con chistes:
Un señor en el tren le
pregunta a una señora que va a su lado: ¿quiere la ventanilla?
Ella responde:
-¡Si no le importa!
Éste, la arranca y se la da.
Un
banquero y un hijo van por su ganadería y el hijo pregunta al padre: Papá ¿todo
lo que aquí hay es ganado?
Él responde: No hijo ¡es
robado!
En otra línea, Freud intenta explicar cómo
la tensión acumulada, en ciertas condiciones de la vida, podemos liberarla a
través del humor. Así por ejemplo en su
libro Lo inconsciente nos
dice: Cuando dos impulsos de deseos cuyos fines nos
parecen inconciliables son activados al mismo tiempo, no se anulan
recíprocamente sino que se unen para formar un fin intermedio, o sea una
transacción. Cuando tal proceso ocurre lo juzgamos «cómico» y despierta la
risa.
Veamos algunos
ejemplos:
Algunas veces
hemos estado en algún tanatorio con puertas totalmente de cristal y, siendo la
situación muy dolorosa, hemos comprobado cómo al entrar alguien en la sala, ha
chocado de cabeza contra ellas, distraídamente, he inmediatamente hemos
descargado nuestra tensión con una sonrisa.
Y otro más:
Estando en la camilla, el paciente se dirige al médico:
Doctor ¡estoy muy nervioso!, esta es la primera operación de mi
vida
¡No se preocupe!, le dice, este es mi primer empleo como
cirujano.
Aunque desde la
antigüedad el humor ha recibido enormes aportaciones teóricas de filósofos y
pensadores, no parece que estén claras las causas que originen la risa. Sí
sabemos que ésta es un componente de comunicación, una válvula de escape o una
excusa para la interacción social, y también que la alegría, como dijimos al
principio, además de ayudarnos en el desarrollo del humor también nos ayuda a
mejor nuestra salud.
Manolo Quero
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