Si abordamos la confianza desde la
seguridad que tenemos en nosotros mismos, podemos encontrarnos en un mundo
feliz. Uno no encuentra avatares insoslayables ni objetivos irrealizables.
Nuestra confianza es la mayor arma que podemos tener para defendernos en la
vida. Ahora bien, como contrapartida, necesitamos
tener un amplio conocimiento para poder enfrentarnos a todos los
acontecimientos que nos encontraremos en nuestro camino.
La confianza podemos depositarla en
nuestros amigos, con las personas que realicemos negocios –algo imprescindible
en el mercado-, en nuestros asesores espirituales, en la sociedad para obtener
buenas relaciones, con nuestra pareja etc. Es por tanto, la confianza, algo que
nos ayuda en el día a día para sentirnos en equilibrio, con un buen estado de
ánimo. También es verdad que a lo largo de nuestros días no siempre tenemos buen
ánimo, algo que aunque lo intentemos, puede darnos un gran vuelco a nuestras
emociones en los imprevistos.
Es verdad que, dependiendo de nuestra
confianza en los demás, podremos actuar más ecuánimemente, ya que todos
necesitamos de todos para salir adelante. Uno no vive sólo en este mundo.
Personalmente la voy a centrar en
la política, por aquello de las consignas del momento que tanto nos pueden
exasperar, y qué mejor hacerlo con una cita de Vilfredo Pareto del libro “Tratado de sociología general” que dice:
“El arte de gobernar consiste en hallar
la forma de sacar partido de los sentimientos sin desperdiciar las propias
energías en vanos esfuerzos para destruirlos… Toda persona capaz de liberarse
de la ciega dominación de sus propios sentimientos será capaz de utilizar los
sentimientos de otros en sus propios fines… El hombre de estado de mayor
utilidad para sí mismo y para el partido es aquel desprovisto de prejuicios,
que sabe cómo aprovecharse de los prejuicios de los demás”
Esta cita puede ayudarnos, como
decía al principio, a conocer un mundo donde hay que ser muy cauto para no ser
incauto.
Por otro lado, se está demostrando,
cada día más, cómo la ciencia va desbaratando muchas teorías filosóficas
gracias al conocimiento genético. Ahora bien, mientras que sigamos siendo tan
“humanos” como hasta ahora, tendremos que seguir actuando en base a nosotros
mismos.
Manolo Quero
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