martes, 12 de febrero de 2013

Visita a la judería de Sevilla


SAnta María la Blanca
El sábado pasado, bajo la dirección de Alberto Rodríguez Sacristán,   hicimos un recorrido por la judería de Sevilla, como complemento a la conferencia que sobre "El legado sefardí" nos había dado unos días antes en el Ateneo.  El día amaneció casi primaveral. Ya incluso se veían muchos turistas en mangas de camisa. El recorrido lo iniciamos en la Plaza del Triunfo, magnífico enclave, donde se congregan edificios de muy variados estilos: árabe, gótico, renacimiento, barroco, neoclásico...Desde allí nos adentramos a través del Patio de Banderas hacia el barrio de Santa Cruz, recorriendo sus callejuelas, el rincón de la Susona, con su curiosa leyenda, la iglesia de los Venerables, la Hostería del Laurel...Y así llegamos hasta Santa María la Blanca que acaba de ser abierta al público tras su restauración, y que fue la sinagoga hebrea hasta su conversión en iglesia cristiana.  Sorprenden sobre todo las yeserías barrocas del techo y las columnas, con motivos florales y de ángeles. 
Hotel




Pero la gran sorpresa fue la visita del llamado Hotel Las Casas de la Judería . ¡Qué maravilla! Nos quedamos alucinados, y desde ahora se va a convertir en visita obligada a cuanto foráneo venga a nuestra ciudad. El hotel se ha construído en el antiguo barrio judío, uniendo unas 27 casas a través de patios y pasillos, llenos de restos romanos como ánforas, estatuas, fuentes, cántaros etc. Es un verdadero laberinto, enorme, que conserva todo el ambiente de su origen de barrio judío. Con muchísimos rincones, plantas y fuentes llenos de encanto. Fue una visita totalmente inesperada y sorprendente. Toda una ciudad escondida. 

Y ya para terminar, continuamos el recorrido por la calle Levíes, para visitar el conveto de clausura de Madre de Diós, que se construyó por orden de Isabel la católica, desalojando  una serie de casas de la antigua judería sevillana, pertenecientes a la comunidad judía, para dárselo a las monjas o beatas cuyo convento de Triana había sufrido una inundación. Sigue estando ocupado por unas pocas monjas de clausura, la mayoría de origen africano. Eso sí, hacen unos dulces y unas magdalenas riquísimas, que todos decidimos comprar. 
 


Rematamos la mañana tomándonos unas ricas alcachofitas con jamón en una terraza en la Plaza de Santa María la Blanca. Un recorrido perfecto, para una mañana perfecta. 


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