lunes, 31 de octubre de 2011

Reflexiones en torno a la bondad, por Rita Alcalde Sierra

Buscando la definición de bondad he encontrado siempre una referencia al bien, a lo bueno pero ninguno de los diccionarios consultados me han dado una definición.
Del diccionario de Filosofía de José Ferrater Mora he extraído este párrafo: “Muchas veces “el bien” equivale  a “la bondad” cuando con esta palabra queremos expresar abstractamente toda cualidad buena (“sin bondad no llegaremos nunca a entendernos”) o cuando se trata de indicar abstractamente que algo es como debe ser”.

“El bien se contrapone al mal” es equivalente a la bondad (o la bondad se contrapone a la maldad)
Busqué la definición de maldad y tampoco la encontré, si un análisis (igual que en el bien) de las  teorías más corrientes acerca de su naturaleza.
Llagada a este punto puse “los pies en tierra” y como es un tema que me interesa me decido a escribir simple y llanamente lo que siento, mi experiencia, en relación  con la bondad.
Creo que todas las criaturas venimos a este mundo adornados con esa cualidad y lo creo porque la vida me ha demostrado que hay más bondad que maldad en nuestros entornos respectivos. Quizás ocurre que lo bueno nos resulta natural y lo malo nos daña, por eso lo recordamos más.
Pero no es acaso una experiencia común que al contemplar una flor, hasta que no me dicen  que contiene una sustancia venenosa, su belleza me parece algo bueno (después resulta que también es bueno-para algo- su veneno), O lo que es lo mismo, hasta que no sé del mal que puede acarrearme, simplemente la admiro, me deleito en sus colores, en su aroma…
contemplarla despierta en mí una sensación buena, me hace feliz por un instante
Si me encuentro ante unos cachorrillos, ante cualquier animalito en sus primaras semanas de vida, me enternezco, sonrío, me inclino a participar en sus juegos. Me parecen criaturas bondadosas, incluso si de adultos no me lo parecen tanto.
Y para no extenderme me centro en el papel que la bondad tiene en un ser humano en sus primeros dos años de vida- luego aclararé el porque hasta los dos años- No es acaso, una criatura en si misma una manifestación de la bondad, del bien.
Cuando duerme nos parece una criatura “divina”, si despierto le hablamos, llamamos su atención muy pronto nos sonríe, (sonrisa que hemos dado en llamarle sonrisa social) pero yo creo que esa sonrisa es un acto de bondad (que gratifica nuestros sacrificios) de un  alma sin condicionantes. Las criaturas humanas –y las no humanas- en sus primeros tiempos de vida son realmente (como dice Machado) en el buen sentido de la palabra “buenas”

Claro que, como sabemos, en un determinado momento eso empieza a cambiar porque la bondad, aún siendo algo que forma parte de nuestra naturaleza, no deja de ser un potencial. Necesita alimento tanto recibiéndolo como ejercitándolo.
Después de buscar información para seguir desarrollándose y los seres humanos empezamos a desatenderla bastante pronto.
¿Qué ocurre entonces? Para mí es muy evidente: el niño, la niña empieza a vivir con la maldad o el mal y como el mal también está entre sus potencialidades puede empezar a experimentarlo.
Después de haber leído bastante  sobre el tema y no siendo capaz de dilucidar sobre la bondad por ser demasiado complejo para mí, decido seguir con esta reflexión, refiriendo lo que me parece que No es bondad, empezando por ese trato a las criaturas pequeñas, en sus primeros aprendizajes.


Creo que no es bueno, no emana bondad:
Tener prejuicios por razón de diferencias, Tratar de distinta manera a niños y niñas, agravado esto si es en razón de clase, raza, religión, capacidades….
No tenerles gestos de cariño, no acariciarles, no hablarles con dulzura, Cosas que hemos de hacer sin que haya una razón, o sea, solo para que sientan que se les quiere. Vivir esta experiencia nos puede hacer personas más bondadosas y les irá potenciando su propia bondad.
(En estos momentos estoy pensando en las mascotas, mostrarles todo esto hace crecer la bondad de quien lo hace)
Tampoco es bueno ignorar sus opiniones, no tenerles respeto.
Ocultarles las expresiones de cariño para con nuestra pareja y con otras personas de su entorno. ¿Cómo van a manifestar emociones si no saben cómo se hace?
Por supuesto, no es bueno, cometer actos de naturaleza mala directamente o indirectamente (quiero decir, cuidado con los castigos, cuidado con nuestros actos y nuestras palabras en su presencia). Según John Holt, maestro y autor del libro Como fracasan los niños. “Apenas si hay un adulto entre mil, que en tres años cualesquiera de su vida sea  capaz de aprender tanto, de crecer tanto en su comprensión del mundo que le rodea, como lo hace  una criatura en sus tres primeros años”.
De ellos-según otra autora, que no recuerdo el nombre, el primero es “Un año para toda la vida”.
Ya con los adultos y desde nuestra adulted ¿qué me parece malo, o sea, No bueno?
Cosas aparentemente simples:
No saludar, discriminar en razón de clase-social, raza, cultura, capacidad, etc.
Hablar con acritud, imponer tu propia opinión, poner zancadillas, no escuchar.
Puede parecer simple lo que digo pero quiero creer que entre este personal no pasamos a maldades mayores como puedan ser: habar mal de una persona, quedarnos con lo que es suyo,
herir a alguien con o sin armas. Actuar en nuestra vida con esa máxima  que actúan las personas no bondadosas y que reza  así:
Primero YO, después Yo, y si sobra algo “pa” MI.

PD. No podré estar en la tertulia y lo siento de veras porque ¡me enriquece tanto escucharos!
                                                                                                30-10-2011    Rita Alcalde 

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